Sant Sadurní d'Anoia

El legado centenario del que bebe este proyecto queda ilustrado con nuestro bodega: una pequeña cava centenaria, situada en el centro de Sant Sadurní d'Anoia, que fue una de las primeras de la villa. Nuestros cavas, con crianzas que varían entre los quince meses y los cinco años, reposan en rimas a una profundidad de quince metros bajo tierra que mantiene la temperatura constante durante la crianza.

Cada botella de cava Muscàndia contiene el entusiasmo, la preparación y la constancia de una generación joven y preparada, y también un legado de conocimientos enológicos transmitidos por nuestros predecesores. Ponemos estas fuerzas al servicio de unos cavas artesanales, aplicando el principio de las cavas más pequeñas: el trabajo bien hecho.

Es así como todas y cada una de las botellas que salen al mercado han pasado por nuestras manos y han estado bajo nuestra atención, un trabajo artesano para garantizar una calidad óptima y constante.